lunes, 5 de noviembre de 2012
Dictadura Militar Chile
Augusto José Ramón Pinochet Ugarte asumió en 1973 el cargo de Comandante en Jefe del Ejército de Chile. El 11 de septiembre de ese año, se unió a un golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende. Desde ese momento, Pinochet asumió el gobierno del país, primero bajo el cargo de Presidente de la Junta Militar de Gobierno (que ostentó hasta 1981), al que se sumó el título de Jefe Supremo de la Nación el 27 de junio de 1974, que le confería el poder ejecutivo.
Políticas de represión
La violencia del golpe continuó durante el gobierno de del Presidente Pinochet, admirador del dictador español Francisco Franco (a cuyo entierro asistió en noviembre de 1975).[] Una vez que alcanzó el poder, los partidarios del gobierno derrocado fueron declarados «enemigos del Estado». Se estableció el toque de queda que perduraría hasta el 2 de enero de 1987, confinando primero a partir de las 21 horas y luego a partir de las 2 de la mañana, a los chilenos a quedarse en sus hogares. La generación de los años 1980 pasaría su juventud en las llamadas fiestas de Toque a Toque y la restricción de pensamiento político. La polarización introducida por el terrorismo de Estado en la sociedad chilena llevó a que el vecino denunciara a su vecino por actividades. A los simpatizantes pro-gobierno se les siguió llamando Momios o se acuñó el nombre de pinochetistas.
[El 16 de diciembre del mismo año, asumió el cargo de Presidente de la República, que sería ratificado al promulgarse la Constitución de 1980. En 1982 se produjo la mayor crisis económica desde los años 1930, consecuencia en parte de la recesión mundial de 1980 (de la cual Chile estaba desprotegido por su excesiva dependencia del mercado externo), el excesivo endeudamiento privado y la fijación del dólar a 39 pesos. Uno de los primeros síntomas fue la quiebra del sistema bancario y financiero nacional, que obligó al Gobierno a intervenir numerosos bancos. Simultáneamente, se tomó la decisión de devaluar el dólar, el cual, una semana más tarde, alcanzaba al doble de su valor.
Cambios constitucionales
El 21 de octubre de 1980, tras un plebiscito realizado un mes antes, que fue apoyado por el 67% de la población (según cifras del Gobierno) se aprobó una nueva Constitución elaborada sobre la base de un anteproyecto preparado por una Comisión nombrada por la misma Junta de Gobierno. Éste plebiscito fue bastante cuestionado, tanto por sus opositores como por la comunidad internacional, bajo acusaciones de fraude electoral y violar principios básicos de cualquier elección democrática (voto libre, informado y secreto). Entre las disposiciones transitorias de la nueva carta fundamental, se estableció el período presidencial de Pinochet por ocho años, a partir del 11 de marzo del año siguiente.
En los años 1980, con el rápido deterioro de la economía (uno de los pilares del Régimen Militar), se sucedieron constantes protestas y manifestaciones organizadas por la oposición y movimientos laborales, provocando violentas contra reacciones de las fuerzas de seguridad.
Su gobierno terminaría tras la derrota en el Plebiscito Nacional de 1988 y su sustitución por Patricio Aylwin en 1990. Pinochet se mantendría como Comandante en Jefe del Ejército hasta el 10 de marzo de 1998, y al día siguiente asumiría el cargo de senador vitalicio, que ejercería efectivamente por un par de meses.
La dictadura de Pinochet ha sido ampliamente criticada tanto en el país como en el resto del mundo por las graves y diversas violaciones a los derechos humanos cometidas en el período denominado como Régimen Militar, por lo que Pinochet debió enfrentar diversos juicios hasta la fecha de su muerte. Sus simpatizantes, lo califican como un héroe que ellos consideran "salvó el país" de un supuesto régimen comunista que hubiese instaurado Salvador Allende, y de una posible guerra civil.
Jaime Guzman y Augusto Pinochet
República Presidencial Chile
Durante la etapa colonial de Chile existió una minoría europea que dominaba la economía y a raíz de la Independencia de España no lograron verse grandes cambios. En el siglo XIX se desarrolló un sistema político multipartidista, pero el poder continuaba en grupos pequeños y privilegiados. El crecimiento de las ciudades y de la población conllevó a generar fuertes contradicciones entre la clase trabajadora y los gobernantes. El desarrollo de la economía favoreció sólo a la clase alta.
A comienzos del siglo XX se crearon sindicatos de trabajadores y nuevos partidos políticos con tendencias izquierdistas que cuestionaban el orden establecido: el Partido Comunista en 1922 y el Partido Socialista en 1933.
En el año de 1940 el 80% de la tierra arable estaba en manos del 3% de los terratenientes y la población campesina constituía una tercera parte del total. Los políticos de izquierda consideraban que el Estado debía intervenir en la economía del país para mejorar los problemas sociales. En 1937 se conformó el Frente Popular (radicales, socialistas, comunistas y la Confederación de Trabajadores de Chile) que se mantuvo en el poder desde 1938 hasta 1952. Las alianzas fueron cambiantes lo que provocó una falta de continuidad en el gobierno.
En 1952 Carlos Ibáñez del Campo fue presidente por segunda ocasión (la primera vez fue en 1927-1931), pero no logró crear la estabilidad que el país necesitaba. En 1958 Arturo Alessandri contendió por la presidencia junto con el candidato socialista Salvador Allende, venció Alessandri por un margen muy pequeño. Su gobierno tuvo que luchar con serios problemas de carácter económico.
En 1964 ganó el Partido Demócrata Cristiano (de formación reciente, pero con un claro origen desde el principio del siglo XX) con Eduardo Frei Montalva. Su victoria fue amplia y nuevamente Salvador Allende fue derrotado en las elecciones presidenciales. Frei Montalva buscó reformar la economía, pero las medidas que tomó le quitaron el apoyo de empresarios y de los sectores populares.
En la izquierda chilena se unieron los partidos socialista, comunista, los radicales y se formó la Unidad Popular. La coalición ganó la presidencia en 1970 con Salvador Allende por un margen muy pequeño. Este gobierno tuvo que enfrentar a un importante sector opositor.
Allende nacionalizó los monopolios, el estado tomó control sobre los precios, favoreció la relación con otros estados socialistas, entre otras cosas. Los grupos revolucionarios presionaron al gobierno para que tomara medidas más radicales y la derecha estaba en profundo desacuerdo con la postura que el gobierno había asumido. Estas diferencias políticas causaron grandes conflictos y la economía declinó gracias a los problemas internos y a un bloqueo (que no fue reconocido abiertamente) por parte de Los Estados Unidos. Éste país se oponía al gobierno socialista y antiimperialista de Chile. Hubo una fuerte crisis que Allende no pudo detener aunque otorgó puestos en su gobierno a varios militares.
Golpe de Estado 1973
El 11 de septiembre de 1973 hubo una intervención militar al mando del general Augusto Pinochet (apoyado por los Estados Unidos) para quitar del poder a Salvador Allende que murió en el ataque a la sede presidencial “La Moneda”. Después del golpe de Estado, los que apoyaban al presidente Allende sufrieron las injusticias del nuevo gobierno. Algunos desaparecieron, otros fueron asesinados, muchas personas fueron encarceladas y otras decidieron exiliarse.
El general Augusto Pinochet optó por gobernar bajo un régimen militar. La dictadura se caracterizó por la represión, el autoritarismo y el termino de políticas de origen marxista en el sector económico. En 1988 se llevó a cabo un plebiscito para saber si la población deseaba que continuara el gobierno de Pinochet. La respuesta fue “no” y después del proceso electoral en 1990 ganó Patricio Aylwin del Partido Demócrata Cristiano. El general Augusto Pinochet ha sido acusado de cometer terribles crímenes y violaciones contra los derechos humanos, pero no ha sido juzgado porque se declaró que sufría de una demencia moderada. Las víctimas del régimen de Pinochet suman miles de personas.
Para conocer a las figuras principales de este evento histórico puedes leer las entrevistas con Augusto Pinochet y Salvador Allende. Matilde Urrutia muestra la perspectiva de la sociedad civil.
Plebiscito constitucional de 1925
En 1925, reasumiendo la Presidencia de la República Arturo Alessandri Palma, decide convocar a una asamblea de hombres de todas los partidos políticos (de conservadores a comunistas), representantes de las organizaciones sociales y del ejército, con el objeto de preparar un proyecto constitucional que reemplace a la Constitución de 1833.
La Junta de Gobierno le entrega el mando presidencial ese mismo día y se convoca a una ronda de consultas. Producto de ello se crea una Comisión Consultiva de 122 integrantes: Esta divide en dos comisiones : La Comisión de Reforma y la comisión encargada de la organización y convocatoria de una asamblea convocatoria,. Esta última no prosperó al no existir acuerdo sobre la Asamblea y la negativa de Alessandri. Para quien la aprobación efectuar por medio de una consulta popular.
Una vez aprobado el texto definitivo, los partidarios de una solución parlamentaria redactan un texto alternativa para que se ponga a consulta también.
Características del Plebiscito.
La manera en que se votaba era por medio de unas cédulas que representaban tres colores, cada una con su respectivo significado:
Esta constitución fue aprobada en el plebiscito del 30 de agosto de 1925 y fue promulgada el 18 de septiembre de 1925, la cual entro en vigencia un mes después de ser promulgada, pero esta fue reformulada varias veces, en diferentes años, estos años fueron en 1943, 1957, 1959, 1963, 1967, 1969, 1970 y 1971.
Características de la constitución de 1925
- Cambio del sistema parlamentario por el presidencial, con el propósito de que el presidente pudiera designar libremente a sus propios ministros, y que estos no fueran derribados por mayorías ocasionales en el Parlamento.
- Al aprobar esta constitución se creó a un ejecutivo fuerte, con diversas facultades administrativas, ya que el Presidente es Jefe de Gobierno y de Estado. Además este puede durar en su cargo 6 años, al contrario que en la anterior constitución donde su cargo duraba 5 años.
- Se establece la diferencia entre los cargos de parlamentarios con la del Ministro de Estado, Intendente, Gobernador y Magistrado Judicial, de tal forma que se separen los cargos públicos.
- El Poder Legislativo es conformado por un Congreso bicameral, el que estaba compuesto por el Senado y la Cámara de Diputados.
-El Poder judicial esta en manos de la Corte Suprema y la Corte de Apelaciones.
-Se estableció también la protección al trabajo, a la industria y a las obras de previsión social.
- El derecho a la propiedad se limita.
- También se realizó la separación de la Iglesia con el Estado, lo cual garantizó una libertad de conciencia y culto.
- Se creó el Tribunal Calificador de Elecciones, reemplazando el sistema anterior, en donde las cámaras calificaban las elecciones de sus miembros.
- En 1970 se estableció un Tribunal Constitucional.
- El mandato de los diputados aumento de 3 a 4 años; y el de los senadores de 6 a 8 años.
- Este régimen institucional se vio interrumpido por el Golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 y es reemplazada por la Constitución de 1980.
Golpe de Estado de 1924
El golpe de Estado de septiembre de 1925 fue un movimiento militar ocurrido en Chile que generó el fin de la República Parlamentaria y el término de la vigencia de la Constitución de 1833.
Junta de Gobierno de 1925.
Ruido de sables
El 13 de mayo de 1924, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que declaraba que la gratuidad del cargo de parlamentario no obstaba a conceder a los senadores y diputados, mediante ley, asignaciones a título de gastos de representación (dieta parlamentaria). En la sesión de 3 de septiembre del mismo año, el Senado de Chile aprobó en general, en segundo trámite legislativo, dicho proyecto de ley.
A la sesión del día siguiente, un grupo de jóvenes oficiales del ejército concurrió a las galerías del Senado con el fin de expresar su oposición a la aprobación de la dieta parlamentaria y la postergación de la tramitación de las leyes sociales. Dichos oficiales fueron conminados por el Ministro de Guerra a abandonar el recinto. Al hacerlo, hicieron golpear su sables contra la pared como señal de desafío y de respaldo a la agenda social del Presidente Arturo Alessandri Palma.
Comité Militar
El 5 de septiembre de 1925 un grupo de oficiales constituyeron el llamado Comité Militar. Los uniformados concurrieron a La Moneda a expresar su malestar a Alessandri, presentándole una serie de peticiones en relación al despacho de los proyectos de ley que permanecían pendientes, ante lo cual el Presidente se comprometió a buscar solución con la condicionante de que ellos volvieran a sus cuarteles. Aun así los militares chilenos preparaban un golpe a realizare el día 11 de septiembre.
Ante dicha presión, el Congreso Nacional aprobó en las sesiones del 8 al 9 de septiembre las iniciativas de corte social: jornada laboral de ocho horas, supresión del trabajo infantil, reglamentación del contrato colectivo, la ley de accidentes del trabajo y seguro obrero, legalización de los sindicatos, la ley de cooperativas y la creación de los tribunales de conciliación y arbitraje laboral; todas pospuestas anteriormente por ambas cámaras legislativas.
Sin embargo, el comité militar prefirió seguir funcionando, y le pidió a Alessandri que disolviera el Congreso. Tras este hecho, Alessandri, sumergido en una situación que ya no podía manejar, vio su poder en jaque y prefirió renunciar y autoexiliarse a Europa el 9 de septiembre. El Congreso, sin pronunciarse sobre la renuncia, se limitó concederle una autorización para ausentarse del país por seis meses, lo que hizo efectivo al día siguiente.
Junta de Gobierno
El 11 de septiembre, se instaló una junta de gobierno, presidida por Luis Altamirano, que decretó ese mismo día la disolución del Congreso Nacional, tras 93 años de funcionamiento ininterrumpido.
La república parlamentaria (1891-1925)
Auge y ocaso de la oligarquía chilena
Luego de la derrota de José Manuel Balmaceda en la Guerra Civil de 1891, se impuso en el país un régimen político parlamentario, sistema que perduró hasta 1925.
El establecimiento del parlamentarismo no significó reformar la Constitución de 1833 para instaurar un gobierno del tipo inglés, sino que, por el contrario, sólo bastó interpretarla de manera parlamentaria, limitando y disminuyendo el poder del Primer Mandatario a niveles figurativos y otorgando facultades ejecutivas a los partidos políticos representados en el Congreso.
Si bien el Presidente de la República podía designar a sus ministros libremente, estos debían rendir cuenta de sus actos ante el Senado y la Cámara de Diputados, en las llamadas interpelaciones. Sin embargo, como las mayorías políticas en el Congreso cambiaban con cierta frecuencia, se producía una rápida rotativa ministerial. Así, los sietes gobiernos de la época tuvieron, en promedio, 15 gabinetes que no duraron más de cuatro meses cada uno, debido a las prácticas parlamentarias.
El sistema político se caracterizaba por una participación reducida, ya que sólo podían sufragar los varones mayores de edad que supieran leer y escribir; cifra que no superaba el 5% total de la población chilena.
A su vez, el sistema electoral impuesto desde 1891 por la ley de comuna autónoma, permitía métodos cuestionables. Los alcaldes y regidores, al dejar de ser controlados por el ejecutivo y pasar a depender de los partidos políticos que ganaban las elecciones, tenían la facultad de intervenir en los padrones electorales, lo que fomentó el cohecho y el fraude. Fácilmente un sillón parlamentario podía costar varios millones de pesos a los candidatos, quienes siempre estaban dispuestos a gastar sus fortunas en adquirir los honores y privilegios del cargo. Por lo mismo, los miembros del Congreso Nacional constituían una oligarquía homogénea, de mentalidad burguesa y aristocrática y, más que tomar decisiones en el Parlamento o La Moneda, lo hacían en los centros sociales de la época como El Club Hípico, el Club de la Unión, logias masónicas o círculos ligados a la Iglesia Católica. En este escenario, no era de extrañar que abundaran las relaciones de parentesco en el mundo político. Los presidentes Federico Errázuriz Echaurren (1896-1901) y Pedro Montt (1906-1910) eran hijos de dos presidentes del siglo XIX; Germán Riesco (1901-1906) era cuñado de Errázuriz. En ministerios, parlamento y altos cargos eclesiásticos, también abundaban los vínculos familiares.
A partir de la celebración del Centenario en 1910, surgió con fuerza dentro de la opinión pública, la crítica al sistema político parlamentario, por su inmovilismo y falta de acción ante la denominada “cuestión social”. La sociedad chilena estaba cambiando y se mostraba disconforme. Este malestar se materializó el 4 de septiembre de 1924, cuando un movimiento militar tomó el poder y obligó al Congreso a aprobar, sin mayor debate, las leyes de reformas sociales que estaban pendientes desde hacía años en el parlamento. Unos meses después, en marzo de 1925, el Presidente Arturo Alessandri Palma reasumió el poder y dio terminó al régimen parlamentario a través de la promulgación de una nueva Constitución en la que se restablecía el sistema de gobierno presidencial.
Pese a sus deficiencias, el período parlamentario destacó por su estabilidad, paz interior y regularidad. Los poderes políticos se renovaban formalmente a través de mecanismos constitucionales y, progresivamente nuevos grupos sociales comenzaron a participar en la política, lo que a la larga determinó la configuración de la democracia definitiva en 1925.
Presidente Sanfuentes saliendo del edificio del Congreso acompañado por ministros
La República Liberal (1861-1891)
Durante este período, Chile logró mejorar considerablemente su situación económica debido a la explotación de importantes yacimientos mineros de plata, cobre y salitre en el norte del país. Sin embargo, esta bonanza económica trajo consigo una serie de problemas con Perú y Bolivia, ya que estos países miraban con gran interés los atractivos económicos de la zona. Esta rivalidad derivó en 1879 en la Guerra del Pacífico, de la que Chile salió victorioso. Con ello, el país se consolidó como una potencia militar y como el mayor productor de salitre natural del mundo, químico de gran utilización en ambas guerras mundiales. Gracias a esta bonanza surgió una nueva clase dominante, enriquecida por la minería, y se inició una serie de adelantos en los distintos sectores de la economía nacional. Los grandes cambios que se produjeron en el país durante todo este período generaron en las nuevas clases influyentes un espíritu más liberal que se oponía al tipo de gobierno presidencialista que regía hasta ese momento. Esa fue la génesis de un conflicto social y político que culminó con la Revolución de 1891, tras la cual fue derrocado el Presidente José Manuel Balmaceda y se instauró un régimen de gobierno parlamentario.
Manuel Balmaceda
La República Conservadora (1833 – 1891)
Este periodo histórico abarca desde la promulgación de la Constitución de 1833 hasta el fallecimiento del Presidente José Manuel Balmaceda Fernández en septiembre de 1891. La República Conservadora se caracteriza por el fuerte presidencialismo consagrado en la carta de 1833, donde la figura del Presidente de la República acumula una importante cuota de poder y de prerrogativas en desmedro del Congreso Nacional. Es posible, eso sí, distinguir dos etapas que marcan diferencias en la evolución de este periodo histórico. Una primera, que corre entre el año 1833 y la elección de José Joaquín Pérez en el año 1861, y una segunda que va desde el fin de la presidencia de Pérez hadta el fallecimiento del Presidente Balmaceda en 1891.
Retrato de José Joaquín Prieto.
José Joaquín Prieto Vial (Concepción, 27 de agosto de 1786 - Santiago 22 de noviembre de 1854), político y militar chileno. Fue Presidente de la República en el período 1831-1836, siendo reelegido para el periodo inmediatamente siguiente entre 1836 y 1841. Hijo de José María Prieto Sotomayor y María del Carmen Vial y Santelices. Casado con Manuela Warnes y García de Zúñiga, hermana de José Ignacio Warnes.
En la primera etapa se despliega un acentuado autoritarismo de la figura presidencial, una débil influencia del Congreso Nacional ante la figura presidencial y el uso más o menos frecuente por parte del primer mandatario de los estados de excepción. En estas circunstancias el Presidente gobierna casi sin contrapesos durante los denominados decenios, esto es, por dos periodos presidenciales consecutivos de cinco años gracias a su inmediata reelección, completando así diez años de gobierno o un decenio. Los Presidentes que ostentan el mando de la nación durante los decenios son José Joaquín Prieto, Manuel Bulnes, Manuel Montt y José Joaquín Pérez, si bien a éste último se le considera un gobierno de transición. Tal estado de cosas permite la organización formal de los primeros partidos políticos chilenos, destacando el Partido Liberal y el Partido Conservador o “pelucón”, a los que se suma el Partido Nacional o “Montt-Varista”, cercano al conservadurismo, pero menos afín a la iglesia católica que el anterior.
Retrato de Manuel Bulnes.
Manuel Bulnes Prieto (Concepción 25 de diciembre de 1799 - 18 de octubre de 1866) fue un militar chileno, presidente entre 1841 y 1846, siendo reelegido para el periodo inmediatamente siguiente entre 1846 y 1851.
La etapa siguiente se caracteriza por el fin de los denominados decenios gracias a la reforma constitucional que impide la reelección inmediata de Presidente de la República, instaurando los gobiernos de cinco años o quinquenios. Los presidentes que gobiernan durante esta etapa son Federico Errázuriz Zañartu, Aníbal Pinto, Domingo Santa María y José Manuel Balmaceda.
La primera etapa de la República conservadora está fuertemente marcada por la influencia de Diego Portales, omnipresente Ministro del gobierno del Presidente Prieto y artífice de la institucionalidad política imperante. La autoritaria figura de Portales, impulsor de un gobierno fuerte, centralizado y despersonalizado, mantuvo el consenso general de la clase política en cuanto al respeto del orden republicano y el repudio de los caudillismos militares. Esta característica se mantendría a lo largo de todo el periodo, continuando en la etapa de los quinquenios y consolidándose como la clave política fundamental del orden republicano chileno. En ese sentido y a pesar de las restricciones del autoritarismo portaliano, se desarrollan una serie de iniciativas del más variado orden y que propenden al desarrollo político, económico, social y cultural del país. Destacan, entre estas medidas, la creación de un marco jurídico a través de la promulgación del Código Civil y el Código de Comercio. El fomento de la educación con la fundación de la Universidad de Chile y la promulgación de la ley de instrucción primaria, instaurando la educación pública gratuita. El impulso dado a las obras públicas con la construcción de ferrocarriles, líneas telegráficas, redes de alcantarillado y agua potable, iluminación pública, navegación, puertos y caminos. El fomento a la inmigración extranjera y a la ocupación del territorio.
En la etapa siguiente se realizan una serie de importantes reformas políticas que propenden a una mayor liberalización del autoritarismo portaliano. La ya mencionada reforma a la reelección presidencial, la nueva ley de prensa, la instauración del voto universal masculino para las elecciones presidenciales, la sanción de rango constitucional de las libertades de reunión, asociación sin permiso previo y la libertad de enseñanza. Las denominadas leyes laicas, el ingreso de las mujeres a la educación superior y una serie de medidas relativas las atribuciones del Presidente de la República y del Congreso, tales como la rebaja del quórum requerido para el funcionamiento de los cuerpos legislativos, la modificación en la composición y forma de elección de los parlamentarios, sus inhabilidades e incompatibilidades, la atribución de la Cámara de Diputados de presentar propuestas de cambios a la Constitución y la limitación al Ejecutivo de decretar estados excepción y de su atribución de veto ante alguna disposición del Congreso. Todas estas reformas de carácter liberal impulsan las libertades públicas y ponen límites al poder presidencial, reforzando las atribuciones y el protagonismo político del Parlamento.
Junto con las reformas políticas reseñadas anteriormente, se desarrolla poderosamente la modernización del país, tanto en sus aspectos institucionales como en los ámbitos económicos, culturales y tecnológicos. Destacan aquí la promulgación del Código Civil y el Código de Minería, el impulso dado a la educación pública con la promulgación de la ley general de instrucción secundaria y superior, la construcción de una red nacional de ferrocarriles, líneas telegráficas y telefónicas, y la consolidación de la infraestructura urbana con la implementación de redes de alumbrado público, alcantarillado y agua potable. Así mismo, en esta etapa surgen agrupaciones y partidos políticos que dan cuenta de la emergencia de los nuevos grupos sociales. Tal es el caso del Partido Radical, representante de las emergentes clases medias, y el Partido Democrático, el primer partido político chileno de raigambre popular. Es notable que este impulso modernizador y liberalizador no se haya visto interrumpido por el desarrollo de la Guerra del pacífico (1879-1883), ya que durante el transcurso del conflicto las instituciones políticas chilenas siguieron funcionando con la más absoluta normalidad.
Sin embargo, la institucionalidad política chilena comienza a mostrar síntomas de desgaste, particularmente al interior de la clase política nacional y en las relaciones existentes entre el Ejecutivo y el Parlamento. Ya desde el gobierno de José Joaquín Pérez surgen ciertas prácticas parlamentarias tales como las interpelaciones a los ministros de Estado y su consecuente rotativa ministerial, la utilización de la aprobación parlamentaria a las denominadas leyes periódicas, los votos de censura, las obstrucciones y otros recursos que, con el correr del tiempo, se fueron haciendo una constante en la vida política nacional. Estas prácticas políticas hacen crisis en el gobierno de José Manuel Balmaceda (1886-1891) durante el cual, en vista de las tensiones surgidas entre el proyecto político del Ejecutivo, especialmente en relación al uso de los abundantes recursos fiscales provenientes de la explotación y venta del salitre, el Presidente Balmaceda pierde el apoyo del Congreso Nacional. Esta situación hace crisis a fines del año 1890, cuando el Parlamento le niega al Presidente la aprobación de las leyes de presupuesto para el año siguiente de 1891. En respuesta a esa medida, el Presidente decide gobernar aprobando por decreto el presupuesto del año anterior. Esta determinación, que atropella las facultades del Parlamento y viola la Constitución, coloca al Presidente fuera de la ley. En consecuencia, el Congreso Nacional redacta un acta de deposición del Presidente, la que es ignorada por éste último, quien a su vez clausura el Congreso. La pugna entre el Ejecutivo y el Congreso finalmente se resuelve por las armas, estallando la guerra civil. El Congreso y sus partidarios cuentan con el apoyo de la Armada, mientras que el Presidente y sus seguidores son apoyados por el ejército. Tras una serie de cruentas batallas en el norte y el centro del país, Balmaceda es derrotado.
El Presidente se refugia en la embajada argentina y ahí, el 19 de septiembre de 1891, al día siguiente de concluir su periodo presidencial, se suicida de un disparo en la sien. Este trágico acontecimiento marca el fin de la república Conservadora y del presidencialismo en Chile, dando inicio a la etapa del Régimen Parlamentario.
Revolución del 1829 o Guerra Civil 1829-1830
En los comicios de 1829, contemplados en la nueva constitución, Francisco Antonio Pinto es reelecto como Presidente, con la mayoría absoluta de los votos. Sin embargo, al ser nombrado Joaquín Vicuña como Vicepresidente, la reacción conservadora no se hace esperar. Por considerar que el Congreso, mayoritariamente liberal, pasa a llevar la ley, eligiendo un candidato que ha obtenido el tercer lugar en las elecciones, pelucones, estanqueros y o'higginistas forman un frente común, con la intención de intervenir el gobierno. Pinto renuncia al cargo de Presidente, delegándolo en Francisco Ramón Vicuña, hermano de Joaquín, que en ese momento preside el Senado.
Paralelamente en el sur la revuelta se desencadena. Las provincias de Concepción y Maule ignoran las elecciones y al gobierno. El ejército del sur, comandado por José Joaquín Prieto y asistido por Manuel Bulnes, marcha a Santiago. Sin embargo, los conservadores comandados por Diego Portales ya están organizando un levantamiento en Santiago. Los pipiolos, por otra parte, se preparan igualmente para hacer frente a las tropas provenientes del sur, y organizan la resistencia en torno a las figuras de Francisco de la Lastra y Benjamín Viel, produciéndose el primer enfrentamiento el 14 de diciembre en la batalla de Ochagavía. A partir de este encuentro sin vencedores se decide poner a la cabeza del Ejército y del gobierno a Ramón Freiré, situación que no prospera ya que la junta provisional que se ha formado está dominada por los opositores rebeldes que no tardan en deponer a Freiré y quitarle el mando del Ejército, imponiéndose como los restauradores de la legalidad. Al tiempo que Freiré logra marchar hacia Coquimbo con algunas tropas para organizar un ejército contrarrevolucionario, en Santiago la junta provisional nombra Presidente a Francisco Ruiz Tagle y como Vicepresidente a José Tomás Ovalle. Por discrepancias políticas, ya que Ruiz Tagle intenta instaurar un gobierno de transición, presionado por Portales, es obligado a renunciar, asumiendo el mando en su lugar Tomás Ovalle junto a Diego Portales como Ministro del Interior, Relaciones Exteriores, Guerra y Marina.
Freiré y sus tropas se han trasladado desde Coquimbo hacia el sur y la guerra civil ya desencadenada es zanjada en la batalla a orillas del río Lircay, ubicado en lo que hoy sería la región del Maule. El enfrentamiento se lleva a cabo el 16 de abril de 1830. Freiré es derrotado por Prieto. A partir de allí, el bando pipiolo es desbaratado y los sobrevivientes del ejército vencido son dados de baja y muchos de ellos, incluyendo a Freiré, desterrados. Con esta batalla se da comienzo al período histórico denominado la "República Portaliana" o "Conservadora".
Diego Portales : Unos de los lideres de la revolución y fundador del actual estado
Ramón Freiré
Organización de la Republica
Luego de la batalla de Chacabuco, un cabildo abierto reunido en Santiago entrega el gobierno a O’Higgins con plenas facultades. Con el cargo de Director Supremo, recibe el mandato de establecer a su arbitrio el tipo de gobierno que le parezca adecuado a Chile. Tal plenitud de facultades se le concede porque aún no estaba consolidada la Independencia, objetivo que se logra en las campañas militares de los años 1817-1818, que culminan con la batalla de Maipú, en abril de 1818.
Con el fin de no comprometer la Independencia, que podía ser amagada por la Santa Alianza y Estados Unidos, que abogaban porque en los estados nacientes se establecieran gobiernos monárquicos y republicanos, respectivamente, O’Higgins opta por no definir el sistema de gobierno existente en Chile.
A pesar de mostrar preferencia por el sistema democrático, los hechos le demostraron que no era posible establecerlo: no había tradición política, el pueblo carecía de virtudes cívicas y no existían hábitos de gobierno democrático. Finalmente instaura, sin definirlo como tal, un gobierno que podría denominarse una autocracia patriarcal, sistema que recuerda las fórmulas del autoritarismo ilustrado, y que ha quedado consagrado en su epistolario, cuando confiesa nuestros pueblos no serán felices sino obligándolos a serlo.
Luego de la abdicación de O’Higgins, producto de sus disensiones con la aristocracia, se produce un gran vacío de poder que se manifiesta en un proceso de inestabilidad política conocido como Anarquía, aunque algunos historiadores denominan la etapa que transcurre entre 1823 y 1829 como Crisis de descolonización o bien etapa de ensayos constitucionales. Se trata de un período utópico, durante el cual los proyectos de organización desbordan la realidad que se vive.
Se piensa en la ley como suprema instancia de orden, de ahí la confianza en las constituciones. A pesar de que una constitución debe ser como un traje a un individuo, y por consecuencia, debe adecuarse al país para el cual se promulgan, las que se elaboran en esos años prescinden de la idiosincrasia nacional, fijándose en otras realidades. La constitución moralista de 1823, por ejemplo, recoge elementos de la democracia griega, racionalismo francés y cristianismo. Las leyes federales de 1826-1827, redactadas por José Miguel Infante, son una copia de la constitución de Estados Unidos de América; mientras el ensayo liberal de Santiago Concha y José Joaquín de Mora, se inspira en la constitución francesa de 1791 y la española de 1812. Por esta misma prescindencia de la realidad nacional fueron flor de un día.
En la época se entendía la libertad como libertad individual, no social, actualizando un concepto individualista de la ley y la sociedad que subordinó los intereses del Estado a los intereses de los individuos, lo que por cierto debilitó al Estado. Afloran sentimientos localistas, producto de antiguos resentimientos de las provincias respecto de Santiago, con la consiguiente a integración nacional; la economía entra en crisis producto del desorden y los gobiernos muestran gran inestabilidad. La anarquía se desarrolló con fuerza sobre todo entre 1826 y 1829.
A partir de marzo de 1830, siendo vicepresidente José Tomás Ovalle, entra a desempeñar el cargo de ministro del interior Diego Portales, quien desempeña importante papel en la organización de la República. Teniendo presente el precario estado cultural de la población, mayoritariamente campesina, que sólo hacía posible el ejercicio restringido de la soberanía, establece una república aristocrática, coherente con la estructura social existente, de una clase dirigente de raíz agraria, y una gran masa adherida a ella por vínculos paternalistas. La soberanía radicará teóricamente en el pueblo, pero su uso efectivo se reduce a aquella parte de la sociedad declarada con capacidad de conciencia política. El resto participaba del ejercicio de la soberanía de modo pasivo, a través de la representación que se arrogaba el Estado, que identificaba sus intereses con los de toda la comunidad. El Estado así concebido se convertía en el ejecutor de la voluntad del pueblo. Su impersonalismo derivaba justamente de esa identificación de intereses.
Sobre el Estado recaía, en consecuencia, la obligación moral de lograr que la gran masa de la población alcanzara, mediante la educación, la moralidad suficiente para gozar de la capacidad de ejercer la soberanía. Portales creía que el desarrollo de la sociedad sólo podía lograrse dentro del orden y el respeto a la ley. La República la entendía como una escuela de moralidad, capaz de crear sentimientos cívicos con la sabia y prudente dirección del Estado. De ahí la idea de gobierno fuerte y centralizador, respetado y respetable, con una administración eficiente, honrada, disciplinada, abierta a la crítica constructiva de la oposición. La Constitución de 1833 consagra el sistema de gobierno entonces establecido.
lunes, 8 de octubre de 2012
Historia de Chile: Independencia
A principios del siglo XIX se produjeron grandes transformaciones en el mapa político de Europa. En este contexto, España fue invadida por Napoleón y el rey Fernando VII debió renunciar.
Este hecho no solo provocó trastornos en el país, sino también en los territorios de la Corona española en ultramar. Al principio, las colonias en América no dudaron en mantener su fidelidad al rey. Chile no fue la excepción y manifestó su apoyo al desposeído monarca.
Sin embargo, en nuestro país las noticias de Europa siguieron preocupando, y pronto en Chile se apreciaron con nitidez dos bandos: los realistas (españoles de clase alta y militares), fieles al rey, y los criollos (blancos nacidos en América), con cada vez más claros deseos de autonomía.
La Patria Vieja (1810 – 1814)
Este periodo se caracterizó porque en la conciencia de los habitantes de Chile se comenzó a emplazar gradualmente la idea de la necesidad de establecer un régimen absolutamente independiente y autónomo de las cortes españolas. Por ello, a medida que la Junta Gubernativa se instalaba en el poder, no tardaron en aparecer diversas propuestas para transformar y mejorar las condiciones generales del territorio chileno.
Una de las más importantes fue la concerniente a modificar el estatuto que regía las relaciones comerciales entre las colonias y los países distintos de España: el resultado de esta presión fue la promulgación, en 1811, de un decreto que aseguraba la libertad de comercio para los puertos chilenos.
A pesar de algunos inconvenientes, como el surgido por el motín liderado por el coronel Tomas de Figueroa en abril de 1811 para impedir la elección de los diputados por Santiago, el primer Congreso Nacional de Chile comenzó a sesionar el día 4 de julio 1811. Este año es considerado por muchos historiadores como el más complicado de todo el proceso que erradicó la institucionalidad colonial de Chile, ya que en el se manifestaron una serie de diferencias entre los ciudadanos que conformaban el bando independentista y revolucionario.
El conflicto que más se desarrolló fue el que sostuvieron los partidarios de reformas estructurales drásticas y los que promovían cambios graduales al régimen colonial; a este problema, se sumaron las diferencias surgidas entre los que reconocían un papel preponderante a la aristocracia (representados por José Miguel Carrera, entre otros) y los que querían actuar desentendidos de los intereses de la oligarquía criolla (representado en la figura de Bernardo O’Higgins).
La composición del Congreso Nacional estaba determinada por la existencia de una querella entre dos grandes sectores de diputados que agrupaban a las dos tendencias políticas mayoritarias: los radicales y los reformistas. Los primeros eran conducidos por Juan Martínez de Rozas, a pesar de que no era diputado y por tanto no era parte del Congreso, y se inclinaban por romper definitivamente con España y por instalar un gobierno de corte republicano. Los reformistas, por el contrario, deseaban desarrollar una revolución enmarcada dentro de ciertas limitaciones.
La disputa que enfrascaba el funcionamiento del Congreso fue resuelta por un golpe de Estado comandado por José Miguel Carrera el 4 de septiembre de 1811; sin embargo, aunque el movimiento de Carrera logró dar pie a una serie de transformaciones inmediatas como la abolición de la esclavitud, los conflictos que se produjeron entre los militares y los civiles llevaron a Carrera a dar un nuevo golpe de Estado, que trajo como consecuencia la concentración de los poderes en manos del nuevo caudillo.
Algunos personajes destacados de la patria vieja
Bandera:
Escudo:
La Reconquista (1814 – 1817)
Esta etapa de la Independencia de Chile se caracterizó porque en ella se produjeron, en forma paralela, dos escenarios que determinarían el destino del proceso revolucionario.
El primero de ellos corresponde a la reinstauración del poder monárquico español, el que se vio reflejado en la represión que sufrió la aristocracia chilena; esta situación se expresó en el destierro a la isla de Juan Fernández, en la confiscación de sus bienes y en la instalación de los tribunales de vindicación. Pese a que con estas acciones las autoridades españolas perseguían desmoralizar las intenciones autonomistas de los revolucionarios, la aristocracia chilena sólo logró madurar el sentimiento independentista. Como contraparte, en este contexto, se desarrolló la acción guerrillera de Manuel Rodríguez que tenía como objeto desestabilizar al recuperado régimen español.
El segundo escenario que señalamos se dio en Mendoza, lugar en el que se habían refugiado las fuerzas chilenas y que bajo la conducción de O’Higgins y el general argentino José de San Martín se constituyeron en el Ejército Libertador de los Andes.
Luego del desastre de Rancagua, el territorio chileno volvió a estar bajo control de las autoridades realistas, y como hemos señalado Mariano Osorio y Casimiro Marcó del Pont, los que serían los últimos gobernadores españoles, se dedicaron a ejercer un duro y estricto control sobre la población chilena, puesto que poseían información sobre el movimiento de reorganización de la fuerzas chilenas en territorio argentino. Ambos gobernadores debieron enfrentar el temor a una invasión que podría producirse en cualquier momento, por lo que se establecieron un conjunto de medidas como la imposición de toques de queda y el uso obligatorio de pasaportes para viajar entre dos puntos del territorio chileno. Con la misma finalidad, se iniciaron juicios en contra de los principales líderes revolucionarios que permanecían en Chile, los que terminaron con el destierro de muchos de ellos.
El efecto de estas medidas también lo sufrieron las instituciones levantadas durante el gobierno de Carrera, como la Biblioteca Nacional y el Instituto Nacional, las que dejaron de funcionar y fueron clausuradas. De la misma manera, se actualizaban instituciones como la Real Audiencia, que había sido suprimida por los revolucionarios chilenos.
Como señalamos en un comienzo, las tropas chilenas que se refugiaron en Mendoza habían pasado a constituir el Ejército Libertador de los Andes, y en enero de 1817 bajo el mando de San Martín iniciaron su campaña de regreso a territorio chileno. Estas nuevas fuerzas, compuestas por casi 4.000 personas, cruzaron los Andes por medio de diversos pasos fronterizos y progresivamente se instalaron a lo largo de Chile. La columna principal del Ejército Libertador, en la que venían San Martín y O’Higgins, se encontró con las fuerzas realistas en la cuesta de Chacabuco el 12 de febrero y les inflingieron una severa derrota que significó el fin de los gobiernos monarquistas en Chile, y además, terminó por expulsar a los españoles de Santiago y hacerlos huir hacia el sur del país.
Manuel Rodriguez
Patria Nueva y Gobierno de O’Higgins (1817 – 1823)
La Patria Nueva es la última etapa del proceso político y militar que condujo a la Independencia de nuestro país y se caracteriza por la consolidación de la victoria chilena y por el desarrollo del gobierno de O’Higgins.
La batalla de Chacabuco significó una importante victoria para el Ejército Libertador y marcó el inicio de una nueva etapa en el proceso revolucionario; sin embargo, el estado de guerra se mantuvo por algún tiempo más ya que fuerzas realistas se hallaban dispersas en el sur del territorio y porque el propósito ulterior del Ejército dirigido por San Martín incluía la liberación de Perú y el traslado de las tropas a Lima.
Tras la huida del gobernador español, el Cabildo de Santiago ofreció el poder a San Martín y debido a su rechazo O’Higgins fue nombrado como Director Supremo. Este hecho no significó el fin de las acciones bélicas, pues a las tropas realistas presentes en algunos enclaves del sur se sumó el peligro de un desembarco de tropas españolas provenientes desde Perú. Esta presunción se convirtió en realidad cuando el virrey Joaquín de la Pezuela envió una nueva expedición a cargo de Mariano Osorio, la que consiguió sorprender al ejército chileno en la batalla de Cancha Rayada; sin embargo, las fuerzas revolucionarias lograron reorganizarse rápidamente y en Maipú, un lugar ubicado en las inmediaciones de Santiago, derrotaron definitivamente al general Osorio y al último ejército realista. El triunfo chileno en esta batalla ratificó la Independencia de Chile, la que se había proclamado oficialmente luego de la victoria de Chacabuco.
Una vez consolidado en el gobierno, a O’Higgins se le presentaron dos desafíos que debió sortear raudamente: la expulsión de los escasos realistas que quedaban en el sur, y dar curso a un proceso conducente a la organización de la nueva república chilena y la transformación de las estructuras sociales y económicas.
Otro reto que debió enfrentar el gobierno de O’Higgins fue la preparación y el financiamiento de una expedición militar para liberar del dominio español a Perú. Lo primero que debió resolver el Director Supremo fue la conformación de una escuadra naval para trasladar a las tropas hacia Lima. La denominada Primera Escuadra fue conformada inicialmente con naves que les fueron arrebatadas a los realistas y con otras que el gobierno adquirió; en segundo lugar se procedió a la contratación de la oficialidad naval, la que se compuso principalmente con marinos británicos y en la que se incluía Lord Thomas Cochrane. La naciente marina chilena se desenvolvió con relativo éxito pues logró el control del Pacífico mediante una serie de acciones bélicas como el ataque al puerto peruano de El Callao, o la arriesgada maniobra que permitió a las fuerzas chilenas apoderarse de la red de fuertes que ocupaban los realistas en la zona de Valdivia.
Al mismo tiempo en que se armaba la Primera Escuadra, el gobierno de Chile debía ocuparse de la creación del Ejército Libertador del Perú, una tarea que no resultó sencilla debido a la precaria situación en que se encontraban las finanzas chilenas. A pesar de ello, el erario chileno corrió con todos los gastos del nuevo ejército que volvió a ser liderado por San Martín. Finalmente, el 20 de agosto de 1820 salió desde el puerto de Valparaíso la Expedición Libertadora del Perú, empresa que un año después logró proclamar la independencia del antiguo virreinato, aunque la presencia española en Perú sólo fue consolidada en la batalla de Ayacucho, en la que las fuerzas de Simón Bolívar expulsaron definitivamente a los españoles de Perú.
Cuando el peligro de un nuevo ataque español fue descartado, el gobierno de O`Higgins se dedicó a organizar las instituciones políticas de la nueva república. A pesar de que una parte de la aristocracia se mostró descontenta con la continuidad de O’Higgins como Director Supremo, éste consiguió promulgar en 1818 una Constitución que le entregaba amplios poderes y no señalaba una fecha para que se alejara del cargo. Con estas facultades, O’Higgins inicio un proceso de transformaciones económicas y sociales que no fueron compartidas por la aristocracia y que progresivamente aumentó los niveles de animosidad entre ambos.
El problema surgió porque el Director Supremo abolió una serie de privilegios que ostentaban los miembros de las antiguas y tradicionales familias chilenas como el uso de títulos y escudos de nobleza y, en particular, la existencia de la institución de los mayorazgos; estos últimos, se habían constituido en la base del poder de las familias más poderosas ya que contribuían a la acumulación de sus bienes y propiedades. Para que la antigua sociedad chilena se convirtiera en una sociedad de carácter republicano era necesario que estuviera dispuesta a aceptar estos cambios; sin embargo, el descontento que ellos provocaron en el seno de la aristocracia, sumado al marcado tono autoritario de O’Higgins generaron una crisis política que estuvo a punto de conducir a Chile a una guerra civil. Esta situación sólo se resolvió en enero de 1823 cuando el Director Supremo renunció a su cargo y se exilio en Perú.
Bernardo O'Higgins
Bandera:
Escudo:
Historia de Chile: Colonia
Entre 1601 y 1810 se desarrolló en nuestro país el período histórico conocido como Colonia. Durante esta época se forjaron los primeros rasgos de nuestra nación y de la identidad chilena. El protagonismo de los descubridores y conquistadores foráneos dio paso a una sociedad emergente que comenzaba a ordenarse tanto en el aspecto político como en el económico y cultural, siempre bajo la atenta mirada de la corona española.
Poco a poco, los hombres nacidos en el territorio configuraban un nuevo grupo humano. La población mestiza, fruto de la mezcla entre españoles e indígenas, aumentaba gradualmente, consolidando las bases de la sociedad chilena. Dos siglos de organización, conflictos indígenas, fundación de ciudades y progreso, que serían la antesala de la vorágine independentista que se sucedería a partir de 1810.
Institucionalidad colonial
Tras la conquista del territorio, fue necesaria la organización administrativa y el establecimiento de pequeños núcleos sociales e instituciones que funcionaran bajo los parámetros y las reglas de la corona española.
Una vez alcanzada la paz en gran parte del territorio (más adelante hablaremos de lo sucedido al sur del río Biobío), era imperativo otorgar un ordenamiento a la población. Reglas que, también, consideraran la evolución de la sociedad y el desarrollo de nuevos e importantes actores: los nacidos en el "Reino de Chile". Ellos comenzaron a involucrarse en asuntos tan variados como la economía, la política e, incluso, la defensa del país.
Debido a que la mayoría de los nuevos territorios conquistados estaba bajo la jurisdicción hispana, las principales instituciones coloniales seguían estando en el Viejo Continente. Después de la figura soberana y divina del rey venían el Real y Supremo Consejo de Indias y la Casa de Contratación, importantes organizaciones que regían las colonias españolas.
El Consejo de Indias aconsejaba al monarca en todos los asuntos relativos a las colonias, preparaba la legislación que se aplicaría en América, proponía a quienes ocuparían altos cargos y efectuaba los juicios y también intervenía en los asuntos de carácter administrativo de la Iglesia americana.
La Casa de Contratación se encargaba de todos los asuntos de carácter comercial y del control del paso de pasajeros al Nuevo Mundo.
Administración americana
Si bien las instituciones coloniales más importantes de gobierno se encontraban emplazadas en España, fue necesario también instalar una red organizacional en América. Para hacer más efectiva la administración de las colonias se crearon diferentes divisiones territoriales, como los virreinatos y las capitanías generales.
Los virreinatos correspondían a los territorios más extensos y estaban gobernados por el virrey. Este era la máxima encarnación del monarca en las colonias, teniendo amplias atribuciones respecto de la conducción de la zona a su cargo. Su deber era vigilar la administración en materias de gobierno, judiciales, eclesiásticas y económicas. Tareas tan importantes como el reparto de tierras, velar por la fundación de ciudades, impulsar obras públicas y revisar el manejo del dinero fiscal se relacionaban directamente con el puesto.
Una división más pequeña en cuanto a territorio, pero no menos importante, eran las gobernaciones, que también podían ser capitanías generales. Estas últimas tenían la particularidad de ser territorios conquistados parcialmente, por lo que estaban bajo el mando de un jefe militar, quien, además, detentaba el poder civil y judicial. Chile era parte de esta categoría.
Finalmente, las presidencias eran pequeños gobiernos establecidos en tierras ya pacificadas, como el caso de Quito (Ecuador) y Charcas (en el territorio actual de Bolivia).
La Real Audiencia
La corona española designó a la Real Audiencia como el principal tribunal de justicia civil y criminal en América. Su objetivo era velar por el cumplimiento y la interpretación de las leyes; sin embargo, tras la promulgación de las leyes de 1542 y 154 (denominadas Nuevas Leyes), pudo involucrarse en asuntos de gobierno. En este sentido, fiscalizaba la labor ejercida por los gobernadores y, de paso, les restaba poder.
Las reales audiencias estaban integradas por un presidente (que podía ser el virrey, el gobernador o un oidor decano), cuatro oidores o jueces, relatores y un fiscal. También formaban parte de ellas otros funcionarios con menores responsabilidades, como el teniente del gran canciller, el alguacil mayor, los escribanos, receptores y procuradores.
Los fallos de la Real Audiencia eran casi inapelables. La mayoría de los procesos era finiquitada en esta instancia; solo los de mayor importancia y controversia eran presentados ante el Consejo de Indias.
La primera Audiencia establecida en América fue la de Santo Domingo, en 1511. En nuestro país se instauró por primera vez en 1565, en la ciudad de Concepción. Su objetivo fue seguir de cerca los acontecimientos ocurridos en Arauco. Dejó de funcionar en 1573 y fue restablecida en 1604, fijando su sede en Santiago. Allí funcionó hasta el año 1811, siendo reemplazada por la institucionalidad republicana.
Historia de Chile: Conquista de Chile
Tres años después del regreso de Almagro, en 1539, Pedro de Valdivia-experimentado soldado y maestro de campo de Francisco Pizarro en la guerra contra Almagro- solicitó a su capitán y gobernador permiso para realizar una expedición a Chile. Esto, porque el rey Carlos V había autorizado a Pizarro para hacer explotar la Nueva Toledo, tras la muerte de Diego de Almagro. Francisco Pizarro accedió, nombrando a Valdivia teniente de gobernador; pero dejó en sus manos organizar y pagar la fuerza con la que "se terminaría la ocupación del imperio Inca".
Para financiar la campaña, Valdivia utilizó los bienes que obtuvo por su intervención en la rebelión de los incas en el Cuzco: el valle de La Canela y una mina de plata. Sin embargo, no fue suficiente. Se asoció con un rico comerciante español, Francisco Martínez, con el que se repartirían a medias lo que encontraran.
Esta segunda expedición a Chile pretendía la conquista y fundación de asentamientos estables, por lo que se llevaron semillas y animales domésticos.
Valdivia tuvo que compartir la expedición con Pedro Sancho de La Hoz, a quien Carlos Vhabía concedido en 1539 la autorización para descubrir y gobernar las tierras situadas al sur del Estrecho de Magallanes y las islas a su alrededor. En el grupo también iba la viuda Inés de Suárez.
Las noticias sobre la ausencia de grandes riquezas y las penurias del viaje afectaron el reclutamiento de soldados. La expedición salió del Cuzco en enero de 1540, con apenas once soldados y algunas decenas de indígenas, siguiendo la ruta del desierto por la que retornó Almagro.
Durante el trayecto, se unieron a la columna algunos grupos de conquistadores que habían fracasado al interior de la actual Bolivia. Primero, fueron los 16 que llegaron con Rodrigo de Araya, después, unos 80 reunidos por Francisco de Villagra. En San Pedro se agregaron 25 españoles al mando de Francisco de Aguirre.
Tras un intento de asesinato de Valdivia, Sancho de La Hozfue apresado y obligado a disolver por escrito la compañía que traía con él, renunciando a los derechos que habían acordado repartirse. Después de expulsar a varios de sus cómplices, se reanudó la expedición.
En Copiapó se agregaron 20 españoles más. Pedro de Valdivia había logrado reunir 150 hombres a pie y a caballo, y un gran número de indígenas. Con toda esta fuerza tomó posesión, en nombre del rey, del territorio que llamaría Nueva Extremadura, pues a esa distancia y latitud terminaban los derechos de Pizarro.
Después de casi un año, en diciembre de 1540, la expedición llegó al valle del río Mapocho, primer destino de la conquista. Las condiciones del terreno, el clima, la abundante población, se prestaban para establecer una ciudad, que con el tiempo se convertiría en la capital de nuestro país.
Historia de Chile : Descubrimiento de Chile
En Julio de 1535, salieron del Cuzco Almagro y sus hombres rumbo al sur. La caravana llegó a Tupiza, donde descansaron alrededor de dos meses preparando el resto de la expedición. Luego continuaron a Chicoana y desde allí atravesaron la cordillera de los Andes rumbo a "Chili".
El paso de la cordillera fue desastroso, testigos de la época señalaron que a muchos soldados se les congelaron los pies y a otros se les desprendían los dedos al sacarse las botas. Los mayores sufrimientos recayeron sobre los nativos que caminaban descalzos. El camino quedó plagado de cadáveres de indígenas muertos de frío. El 21 de Marzo de 1536 Almagro llegó al valle de "Copayapo", hoy denominado Copiapó, la capital de la tercera región de nuestro país. Luego avanzaron hacia el sur para instalarse en el valle del Aconcagua. Desde allí, Almagro y sus hombres salieron a buscar las riquezas que los indígenas habían asegurado que existían. Sin embargo, una de las expediciones que iba al mando de Gómez de Alvarado se enfrentó por primera vez con el pueblo mapuche, cerca del río Itata, en la batalla de Reinohuelen. Finalmente Almagro regresó a Perú y su expedición no prosperó.
Decepción en Chile
Distintos grupos exploraron los nuevos territorios y, a medida que avanzaban, la esperanza de encontrar oro y riquezas se esfumaba cada vez más. El país parecía propicio sólo para la agricultura. Como eso no era lo que estos hombres buscaban, decidieron regresar al Cuzco, eligiendo el camino de los extensos y áridos desiertos del norte. Arribaron a Perú a comienzos de 1537.
Diego de Almagro murió al año siguiente, ajusticiado por orden de su antiguo compañero de aventuras, Francisco Pizarro.
Historia de Chile: Pueblos Originarios
Pueblo aymara
Los aymara fueron conquistados por los incas en el año 1450, cuando formaban unos 80 reinos dispersos en un amplio territorio y enfrentados entre sí. A partir de 1535 los españoles conquistaron el Altiplano boliviano al mando de Diego de Almagro y ocho años después, en 1542, el virreinato del Perú incluiría ya la totalidad de su territorio. (Más sobre la historia del pueblo aymara.)
El pueblo Aymara es un pueblo milenario dedicado al pastoreo y a la agricultura usando técnicas ancestrales de cultivo. Tienen una economía complementaria, ya que los que viven en el altiplano poseen abundantes rebaños y escasos cultivos, mientras que los que lo hacen en la precordillera producen bastantes verduras frutas y semillas gracias al eficaz uso del suelo, mediante las tradicionales terrazas.
Debido a estas condiciones se generan relaciones de intercambio de productos entre pastores y agricultores. Esta forma de subsistencia se basa en el principio del ayne, que se refiere a la reciprocidad entre los aymarás: la petición de ayuda en el presente, será correspondida en el futuro.
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Los Aymarás habitan, traspasando las fronteras impuestas por las naciones, desde las orillas del lago Titicaca y la cordillera de los Andes, hasta el noreste argentino. Más precisamente, según los últimos censos de Bolivia y Chile (1992) y del Perú (1993) existen 1.237.658 aymaristas bolivianos, 296.465 aymaristas peruanos y 48.477 aymaristas chilenos. También existen varias comunidades de las provincias argentinas de Salta y Jujuy que se autoproclaman aymaristas aunque no hablen esta lengua.
En Chile el pueblo Aymara habita en dos zonas del norte, en la Región de Tarapacá y, en menor proporción, en la Región de Atacama. en la franja precordillerana y altiplánica. Actualmente existen 48.477 Aymara (censo de 1992), de los cuales sólo 2.397 residen en sus territorios originarios, ubicados en las provincias de Parinacota-Putre y General Lagos. Esto significa que se está produciendo un abandono de los territorios precordilleranos y altiplánicos de sus ancestros.
LA COSMOVISIÓN AYMARA
La parte más antigua (costumbres) es la dirigida a los Achachillas o Mallkus, que son los espíritus de las montañas nevadas que circundan sus pueblos, a la Pachamama, y a la serpiente Amaru, vinculada a la subsistencia por las aguas, ríos y canales de irrigación de las tierras agrícolas (3.000 a 2.000 m. de altura).
El sistema de creencias Aymara es un ciclo ritual sincrético, en el cual coexisten y se integran dos componentes: el prehispánico, o sistema de creencias indígenas, anterior a la llegada de los conquistadores, y la religiosidad posthispánica que introduce la religión católica. El culto Aymara, sin embargo, es uno solo. Es un culto anual que se desarrolla al ritmo de las estaciones.
Pueblo onas
En Tierra del Fuego, al menos por más de 6 mil años habitó un pueblo de cazadores y recolectores que utilizaron boleadoras para cazar y herramientas para manipular los alimentos. De estatura elevada, contextura robusta y gran agilidad: Los Selk´Nam, en su lengua: clan de la rama selecta, aunque son más conocidos como Onas, forma en que los llamaban los yamanas y que significaba hombres de a pie o del norte. Este pueblo cultivó normas estéticas que los obligaba a depilarse el cuerpo, excepto la cabellera, que usaban larga y abundante. Como vestuario utilizaban capas de pieles de guanaco, al igual que para el calzado. La utilización de pintura corporal tenía una doble finalidad: por una parte, protegía de los rigores del clima y por otra, era un adorno que reflejaba un estado de ánimo, así como ritos de iniciación y pubertad (kloketen). Se organizaban socialmente, en familias extendidas que podían tener 3 o 4 generaciones por descendencia paterna, ocupaban un territorio específico llamado haruwenh, cuyos límites eran respetados usualmente por los vecinos.
Su estructura social no tenía el orden de caciques, jefes, presidentes, etc. lo único que tenían, era un buen cazador de ballenas y un distribuidor.
Tras miles de años de vida seminómade, hacia fines del siglo XIX, Tierra del Fuego concitó el interés de las grandes compañías ganaderas. La introducción de las estancias ovejeras creó fuertes conflictos entre los originarios y los colonos europeos, argentinos y chilenos, que adquirió ribetes de guerra de exterminio o genocidio.
Pueblo Rapanui
Rapanui es el nombre de una etnia habitante de la isla de Pascua. La denominación de rapanui se hizo posteriormente extensiva para denominar tanto al pueblo aborigen como a su idioma y a la isla que habitan.El pueblo rapanui desciende de los primeros pobladores provenientes de la Polinesia.
La sociedad rapanui, era gobernada por el ariki, con ascendencia atribuida directamente de los dioses; y estaba dividida en tribus y con clases muy estratificadas. Cada tribu ocupaba una zona, siempre con franja costera. La mayor parte de la población vivía hacia el interior, junto a las áreas de cultivo.
Pueblo Mapuche
Las comunidades mapuches integran lo que se conoce como turismo étnico.Provenían de la región argentina de Neuquén, y cuando llegaron a nuestro país, cambiaron sus hábitos nómades por el sedentarismo. En el siglo XVI ellos conformaban el conglomerado poblacional más grande de Chile, con más de un millón de habitantes.
La familia mapuche es el núcleo fundamental de su organización social. Antes de la conquista española los pueblos del centro-sur vivían bajo un tipo de matriarcado. Los hijos llevaban la filiación y el totem de la madre (el marido debía ir a vivir con la familia de la esposa), sin embargo al momento de la conquista española, los hombres eran los jefes de familia, aunque los hijos seguían llevando el apellido de la madre.
Atacameños
Los atacameños eran un pueblo agroalfarero que se desarrolló en las cercanías del río Loa y en los oasis del desierto de Atacama. En el plano administrativo y político, los atacameños se organizaron en señoríos conformados por pequeñas tribus que eran independientes entre sí, por lo que nunca lograron constituir un estado centralizado. Debido a las adversas condiciones climáticas para desarrollar la agricultura, los atacameños construyeron complejos sistemas de regadío que les permitían aprovechar a cabalidad los escasos recursos hídricos; a raíz de ello pudieron cultivar maíz, papas, porotos, ajíes y calabazas. Los atacameños, además, practicaron la ganadería de auquénidos como alpacas y llamas; estos últimos animales eran utilizados para formar caravanas y transportar mercancías que intercambiaban con los pueblos del altiplano boliviano y del noroeste argentino. Debido a los frecuentes conflictos que se originaban entre las etnias por el control de los recursos hídricos, los atacameños debieron levantar fortalezas o pucaras para resistir los ataques de pueblos rivales. En el plano religioso desarrollaron cultos a divinidades relativas a la fertilidad y practicaron complejos rituales funerarios. Los atacameños hablaban la lengua cunza, que en la actualidad se encuentra desaparecida.
Pueblo Diaguitas
Los diaguitas eran un pueblo agroalfarero que se desarrolló en la zona que corresponde al Norte Chico del país, específicamente en los valles transversales ubicados entre el río Copiapó y el río Limarí, los que se forman por los cordones montañosos que atraviesan el territorio de la cordillera a la costa. Políticamente, los diaguitas se organizaban en señoríos compuestos de varias aldeas autónomas; además, los diaguitas constituyeron las llamadas sociedades duales, en las que cada valle tenía dos señoríos de los cuales el más poderoso era el que se ubicaba valle arriba, puesto que controlaba el flujo de los escasos causes de agua. Su principal actividad económica era la agricultura, aunque también desarrollaron la ganadería del guanaco y las llamas, y en ocasiones, cuando se aproximaban al borde costero, practicaron la pesca; los principales cultivos de los diaguitas eran el maíz, las papas, los porotos, los ajíes y los zapallos. Es preciso señalar, que al igual que los atacameños, contaban con escasos recursos hídricos, por lo que construyeron sistemas de regadío artificial en el interior de los valles. Los diaguitas son considerados grandes artistas, puesto que conocieron y desarrollaron la metalurgia del cobre, aunque se destacaron mayormente en el campo de la cerámica y la textilería, gracias a sus vasijas con forma de pato y a sus elaborados diseños de prendas de vestir. Hablaban la lengua kan kan.
Picunches
Los picunches se ubicaban entre los ríos Aconcagua e Itata; eran tribus de agricultores que se repartían en asentamientos dispersos por el territorio que ocupaban. Su principal actividad económica era la agricultura y cultivaban papas, maíz, porotos y quínoa. Los picunches vivían en rucas, las que eran viviendas construidas con palos y ramas y que no poseían ventanas. En el plano artístico destacaron por desarrollar una alfarería que se supone estaba influenciada por los incas; de hecho, el territorio que habitaban los picunches era la frontera meridional del Imperio Inca. Los picunches, en el ámbito religioso, practicaban el culto a los antepasados o animista; creían en la existencia de una vida después de la muerte. Hablaban la lengua mapudungún.
Pehuenches
Los puelches son otra banda pre agroalfarera que recorría las inmediaciones de la Cordillera de los Andes, desde el sur de Los Ángeles hasta la altura de Osorno. A diferencia de los pehuenches, la base de la alimentación de los puelches era la caza; sus principales presas eran guanacos, zorros y venados. Del mismo modo, los puelches cubrían sus cuerpos con cueros y pieles de los animales que cazaban. Recibieron la influencia mapuche y hablaban el mapudungún, aunque no llegaron a adoptar la agricultura ni el sedentarismo.
Huilliches
Los huilliches son otra etnia seminómada que hablaba mapudungún y que tenía a la caza como principal actividad económica; el territorio que ocupaba este pueblo, se halla en la zona comprendida entre el río Toltén y el río Bueno. En el plano sociopolítico, los huilliches se organizaban en cavies o grupos de alrededor de 400 miembros que eran liderados por un lonco. Del mismo modo que los mapuches, poseían la institución del levo y del cacique; cada levo era compuesto por 7 u 8 cavies. Como señalamos, para los huilliches la caza era su medio de subsistencia y por ello, además, usaban prendas fabricadas con cueros y pieles.
Cuncos
Los cuncos son un pueblo de formación tardía que resultó de la fusión entre huilliches y chonos, luego de que los primeros se establecieran en la isla de Chiloé y sometieran a los segundos. Este pueblo estaba organizado en tribus, muy similares a los cavies huilliches. La dieta de los cuncos se nutría del cultivo de la papa y el maíz, por lo que tuvieron la necesidad de levantar aldeas en las costas de la isla. Al igual que sus antepasados, chonos y huilliches, hablaban mapudungún.
lunes, 22 de noviembre de 2010
¿En que sentido ha cambiado la sociedad durante la cuestión social hasta en la actualidad?
Evidentemente que estos problemas como la pobreza no viene de la década de los 1880 sino que desde hace mucho tiempo atrás que abarca hasta la actualidad de nuestro país. La cuestión social se conoce como los problemas sociales y políticos que afectaban a los más expoliados de la sociedad que eran los sectores populares entre los años 1880 a 1920. Estos problemas se profundizaron por un sistema capitalista y por una incipiente industrialización. Tras la expropiación de tierras ricas que no formaban parte de la soberanía chilena como el desierto de Atacama y la Araucanía se dio un crecimiento económico grande para la época, y este fue otro problema como en estas tierras poca habitadas se comenzó a realizar un proceso de urbanización acelerada producto a la migración campo ciudad esto favoreció a algunos campesinos por la falta de mano de obra en la ciudad que fue de tal envergadura que no pudo ser acogida en los centros urbanos algunos quedaron desposeídos en la extrema pobreza. El otro gran problema fueron las viviendas de los sectores populares, la ciudad creció en forma no planificada y esto permitió el surgimiento de conventillos, ranchos las cuales eran habitadas familias de ocho hasta diez miembros. Sin embargo este numero aceleraba debido a la llegada de nuevos integrantes familiares, amigos y las viviendas eran pequeñas construcciones por las cuales las familias Vivian en un espacio muy reducido, las construcciones eran de cartones, maderas viejas y dañadas. El otro problema fue la amenaza sanitaria las malas condiciones en las cuales Vivian los sectores populares como la ausencia del alcantarillado, la falta de agua potable, el alcoholismo y prostitución fueron el foco de numerosas epidemias propagadas en los sectores populares las cuales eran el cólera la peste y viruela las cuales eran altas las tasas de muerte en el mundo popular debido a la mortalidad infantil. Y el otro problema fue la ausencia de una legislación laboral este problema agravo al trabajador en las minas en fabricas y campos por que no avían regulación de higiene y seguridad en los trabajos no esteba establecida el horario máximo laboral no existían leyes que regularan el trabajo infantil y femenino y esto acarreo numerosas perdidas de vida en estos rubros.
Derivado a este gran conjunto de problemas habían surgido en tres principales sectores sociales. La oligarquía era un grupo de minoritario de personas que poseían mucho poder y dinero en relación a los demás grupos inferiores este grupo tuvo la dirección política del país, los sectores medios este grupo se convirtió en una importante fuente de opinión gracias a la educación en la que surgieron intelectuales y que crearon partidos políticos en contra de la oligarquía y el otro sector y el mas numeroso fueron los sectores populares estos grupos sumergidos en la pobreza por que estuvieron al margen de los beneficios reportados del salitre este grupo estaba compuesto por el campesinado y el proletariado el campesino tenia dos formas de trabajo agrícola que eran el peonaje y el inquilinaje y los proletarios que eran campesinos que emigraban a las zona salitreras.
Gracias a esto se formaron nuevas organizaciones obreras una de estas organizaciones fueron las Sociedades de Socorros Mutuos era un grupo de artesanos y obreros. Su principal objetivo era resguardar el desarrollo intelectual, social y material de los miembros entre si. La otra organización fueron las mutuales que estaban distribuidas en deferentes puntos del país la finalidad de esta asociaciones eran la ayuda educacional y material entre sus ideales se preocuparon el ahorro la vivienda y la instrucción. Las mutuales les interesaba solo el bienestar de sus afiliados. La otra organización de obrero fueron las mancomunales esta asociación alentó la lucha contra el sector patronal y participaron en la político. De esta manera participaron todos los gremios de la región. Y la otra organización era n los sindicatos esta asociación se mantiene hasta en nuestro días y es reconocido por el estado como una empresa privada.
Las principales movimientos de protesta popular eran que exigían demandas que fueran atendidas la primera huelga fue en 1890 en Tarapacá. Los trabajadores lo realizaron por el pedido del aumento salario, modificar los horarios de trabajo o mejoras en la viviendas. Hacia 1900 se llegaron a concretar hasta 200 huelgas de hambre y numerosas movilizaciones. La huelga de 1903 se demando a la reducción a la jornada laboral y aumento salarial. Otra huelga de gran proporción fue la huelga de la carne en Santiago debido al aumento del impuesto argentino. Y la huelga con mayor saldos de vida fue la masacre de la escuela santa maría de Iquique esta huelga es debido al aumento de los precios y la devaluación de la moneda nacional. Esta huelga cobro más de 3000 vidas.
Las posibles soluciones para la cuestión social se tradujeron en creaciones de partidos políticos liderados por los sectores medios una de estos ideologías era el anarquismo que es una ideología política que defendió los derechos de una persona. Surgió durante la crisis capitalista por la expansión industrial para derrocar el estado burgués estos movilizaron a los trabajadores mediante la fuerza. El otro partido era la corriente socialista a diferencia del anarquismo se caracterizo por los partidos políticos que eran los partidos comunistas y socialistas el primer presidente de esta ideología fue don Luis Emilio Recabarren. Creyeron en el sufragio universal como modo de renovación social. El otro partido fue el liberalismo laico que estuvo representado por el partido radical. Para ellos la falta de desarrollo económico y la poca participación del estado propusieron la legislación social. El otro fue la doctrina social de la iglesia católica el papa León catorce rechazo el enfrentamiento del patrón y el trabajador e hizo el llamado a que los patrones sean mas caritativos.
A través de estos acontecimientos históricos la sociedad de hoy en día a cambiado en forma significante. Como bien sabemos todo tipo de sociedad esta en proceso de cambio y evolución nada se queda estático y esto se da a través de diferentes factores los cuales hacen que los individuos se comporten de distinta manera desde mi punto de vista. Gracias a la educación surgieron intelectuales para mejora las condiciones de vida de aquella época y que la opulencia no se destaque en personas insignificantes por que las riquezas se concentraban en un solo sector que era el ejecutivo el cual dirigía el país y no les daban a los pobre
pero ya todo esto a cambiado por las grandes protesta paros huelgas y masacres y por lo cual el estado debía tener conciencia sobre sus actos. Este cambio también influyo el avance de la tecnología, la educación, las doctrinas filosóficas de pensadores (como mar, engels, etc.) en si son varios factores los cuales hacen que las personas cambien los hábitos de vida que tienen, con exactitud no se puede precisar que factor es el que determina o es el que mas influye en un determinado grupo social ya que somos fenómenos sociales por que no se puede determinar con exactitud el comportamiento que tenemos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)